Raquel Guijarro. Psicóloga Clínica de Fundación Argibide

Estos días de confinamiento pueden generar cambios emocionales y de estado de ánimo asociados a la privación de libertad que estamos teniendo. Somos seres sociales, y como tales, necesitamos estar en contacto de los que queremos.

Entendemos que reacciones como la incertidumbre, el miedo o preocupaciones sobre las consecuencias del Covid-19, entre otras, son normales dada la situación tan excepcional.

Las personas que tienen menores a su cargo tienen mayor sobrecarga. Además de las propias emociones, se añade el manejo de las reacciones de los menores, lo que puede no ser tarea fácil.

Ante una primera reacción de alegría por el cierre de los colegios, conforme pasan los días los menores pueden comenzar a experimentar diversas emociones que se pueden comunicar por diferentes vías (a través del juego, de mayores conductas disruptivas, llanto, mayores conductas de apego, somatizaciones…).

Los más pequeños suelen regular sus propias emociones atendiendo al manejo que hacen los/as cuidadores/as o figuras de apego. Por ello, la situación ideal sería que los adultos tuvieran su espacio (físico y temporal) para poder regular sus propias reacciones emocionales, de forma que puedan sostener las del menor. Con intención de disminuir el sufrimiento, muchos adultos pueden ocultar información al menor, lo que puede ser contraproducente, provocando mas preguntas y, como alternativa a la falta de respuestas, mayor fantasía para dar respuesta a las mismas, llegando a conclusiones equivocadas y de mayor gravedad.

Dadas las diferencias en función de la fase evolutiva de los menores, proponemos una serie de reacciones que pueden tener los menores ante situaciones de estrés.

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Ante todas estas reacciones posibles, ¿Cómo ayudar a los menores a manejar las emociones asociadas a la situación actual?

– Explica la situación adaptada a la edad y su nivel madurativo. Actualmente estamos ante multitud de información a través de las redes sociales y los medios de comunicación, pudiendo crear reacciones de preocupación, miedo e incertidumbre en los más pequeños. Además, pueden no comprender todo y añadir fantasía a la realidad. Es importante que tengan un espacio para poder preguntar a los adultos y responder a sus preocupaciones.  Acceder a fuentes oficiales de información para protegerles de información falsa y no crear mayor alarma, filtrando la información que reciben.

– Es importante que sepan que con su esfuerzo de quedarse en casa ayudan a las personas mas vulnerables. Que sean conscientes de su importante labor para reforzar todo el esfuerzo que están haciendo.

– Crear un espacio donde se les permita hablar de sus emociones. Mantén una escucha activa  sin quitarle importancia a sus preocupaciones. No esperes a que pregunten para hablarles. Transmite calma y valida sus sentimientos. También puedes expresar cómo te sientes para que se puedan sentir más comprendidos.

– Crea un clima de seguridad, donde el menor pueda acceder a los adultos en la medida que necesite. Para poder mostrarte emocionalmente disponible para ellos, es importante tener un espacio personal donde “reponer pilas”.

– Mantener contacto con familiares y amistades que no estés presentes a través de llamadas o videoconferencias

– Intenta preservar las rutinas en la medida de lo posible, con un horario fijo de levantarse, hábitos de estudios, de descanso, de juego, de contacto con familiares.

– Busca actividades que estimulen su creatividad.

– Realiza actividad física en familia en la medida que puedas, así como ejercicios de mindfulness para niños.

Intenta ser flexible ante este tipo de situaciones. En estas condiciones de confinamiento y estrés, es posible que los menores pasen más tiempo de lo habitual viendo la TV, muestren mayor inquietud…conductas que en otro momento se les marcaría con límites claros. Es una situación excepcional y temporal.

Además de los aspectos negativos de lo que está ocurriendo, transmite ejemplos positivos del manejo de la sociedad ante la situación, como la labor de los sanitarios, la unión de vecinos y la donación de material sanitario.

Recuerda que como padres también es una situación nueva, por lo que ser flexibles y tolerar encontrarse con situaciones y emociones inesperadas ayudará a disminuir el malestar emocional.

¿Cuándo pedir ayuda?

Como hemos comentado, que los menores estén más alterados de lo habitual es normal en esta situación. Sin embargo, no podemos pasar por alto ciertas conductas:

  • Conductas autolesivas o verbalizaciones de no querer vivir.
  • Cambios drásticos en su conducta que pueda llevar a ponerle en situaciones de riesgo.
  • Cambios importantes en la conducta alimentaria (restricción importante, vómitos…).
  • Pensamientos extraños, alucinaciones o conductas que estén muy alejadas de la conducta habitual.
  • Pensamientos obsesivos relacionados con el contagio, así como conductas excesivas de limpieza y lavado de manos que le provoquen un aumento de su malestar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • “10 formas de ayudar a los niños a afrontar el brote de Covid-19 y el aislamiento en casa”, Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
  • “Recursos para afrontar efectivamente y con calma la pandemia”, Servicio de Salud Mental de Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario Príncipe de Asturias y Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.
LECTURA RECOMENDADA: ROSA CONTRA EL VIRUS ( Colegio Oficial de Psicólogos De Madrid)